Antiguamente el pijuayo era el trueno, pero el dios kumpanamá lo castigó convirtiéndolo en un árbol pequeño porque mucho asustaba a los niños cuando tronaba.
Los primeros pijuayos que kumpanamá sembró en la tierra tenían frutos bajitos, pero los niños no lo dejaban madurar y los arrancaban verdes.
Por estos daños que hacían los niños kumpanamá se molestó y dijo:
¿Por qué pues los niños no han dejado que los pijuayos tengan sus frutos bajitos para que se pueda agarrar maduros y comer sin dificultad?
Desde ahora los pijuayos tendrán sus frutos cuando estén altos, entonces cuando suban a cogerlo se caerán.
Diciendo esto agarró el cogollo del pijuayo y lo estiró hacia arriba para que el pijuayo eche fruto cuando esté muy alto.
Por eso hoy en día los frutos de los pijuayos dan muy arriba y es dificultoso subir a cogerlos.
Asi nos cuentan desde antes los sabios de la comunidad.
nuya
ResponderEliminarBonito compañera
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