CUANDO REALICE MIS PRÁCTICAS EN LA COMUNIDAD DE SOLEDAD ME INVITARON A UNA CHACRA DE UN AMIGO EN DONDE CAMINÉ QUINCE MINUTOS. CUANDO LLEGUE SE ME ACERCO UNA SEÑORA DE CINCUENTA AÑOS QUIEN NOS LLEVO A LA CHACRA, ME REGALÓ UN RACIMO DE PLÁTANO MADURO, NO LO PODÍA CARGAR POR QUE ERA DEMASIADO GRANDE Y ME PRESTO SU CANASTO, LO PUSE EL RACIMO SOBRE ELLA Y LO CARGUE Y PARTÍ A LA COMUNIDAD, AL REGRESO SENTÍ QUE EL CAMINO ERA LEJOS, ADEMÁS QUERÍA DESCANSAR PERO NO PODÍA BAJAR EL RACIMO.
AL DÍA SIGUIENTE NO PODÍA MOVER MI CABEZA, PUES ME DOLÍA DEMASIADO Y LA PRETINA ME SIÑO LA PARTE DE MI FRENTE, DE ESE ENTONCES YA NO QUERÍA IRME CUANDO ME INVITABAN ALGUNAS PERSONAS.
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